Ante los cambios profundos propiciados por la globalización económica, es necesario reflexionar sobre el deterioro del tejido social como consecuencia de la pobreza, desigualdad y violencia extrema, condiciones que han orillado a la ruptura de los lazos comunitarios y colocado al país como un territorio donde se ha precarizado de manera considerable la calidad de vida, aseguró la profesora de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS) de la UNAM, Silvia Galeana de la O. Durante el Conversatorio Lazos Comunitarios y Tejido Social, en ocasión del Seminario Permanente de las Ciencias Sociales 2023, Reflexiones del Mundo Contemporáneo: Reconstrucción del Tejido Social y Cultura de Paz, la académica destacó que las zonas más marginadas de la Ciudad de México son asentamientos con severas carencias y deficiencias de servicios públicos. Lo anterior las coloca como “focos” de reproducción de pobreza y exclusión social y “esto lo que hace es presentar a los territorios como escenarios idóneos ante actores políticos, como escenarios fructíferos de procesos clientelares”. Las necesidades de la población han sido atractivas para obtener votos o beneficios políticos sin que se tome en cuenta que esto recrudece las condiciones y proceso viciosos de exclusión social, dejando de lado la urgencia de atender de manera integral las diferentes violencias y condiciones de vida para contrarrestarlo, acotó. La gravedad de esta situación, subrayó Galeana de la O, es que, aunado a estas decisiones políticas, poco a poco las personas pierden también el interés de la participación social, así como la conciencia de modificar su entorno. “Nuestro país hoy en día se encuentra en un proceso de fragmentación social y esto se debe por los procesos de mercantilización de la vida; es decir, que se desvirtúa la relación de la naturaleza del ser humano con la sociedad y naturaleza misma, lo que trae como consecuencia los hechos de violencia donde se pierden valores fundamentales”, afirmó. Estos son: sentido democrático, de cooperación y colectividad, situación que los procesos políticos no ayudan a restablecer, pues en lugar de revertirlos los lacera y generan condiciones de cohesión social. “Creemos que uno de los principales problemas es no tener un concepto idóneo de lo que entendemos por tejido social, por parte de las instituciones. Pero importa más retomar las visiones, significados y mundos simbólicos que tienen los sujetos de los territorios”, dijo. De acuerdo con la experta universitaria, “la apatía y falta de interés de la población se relaciona esencialmente en tres dimensiones: a nivel de estructura de organización ciudadana, a nivel instrumentos para propiciar y fortalecer los procesos de participación ciudadana y a nivel de población para transformar su vida cotidiana y familiar”. En su oportunidad, el profesor-investigador de la ENTS, José Luis Sainz Villanueva, apuntó que el tejido social y los lazos comunitarios de la población se encuentran afectados debido a que no existe un tema de identidad, las personas tampoco sienten arraigo con su comunidad, además de que la cohesión social se ha visto afectada por las prácticas clientelares de los partidos políticos. Estos factores, insistió, han afectado el tejido social de las comunidades en donde la falta de organización y participación de los ciudadanos y el manejo político de los problemas ha generado una serie de vacíos institucionales, lo cual impide que existan las condiciones favorables para una cultura de la paz. El catedrático universitario comentó que otro rubro a considerar es la violencia, en torno al cual se ha generado una cultura del miedo, que va a romper con cualquier lazo comunitario. Agregó que como parte del trabajo y prácticas comunitarias que realizan en algunas zonas suburbanas y periféricas de la Ciudad de México, se puede establecer que además de inseguridad pública y condiciones socioeconómicas de precariedad, existen entornos desfavorables para la integración marcados por apatía y falta de interés de la población. “Esto no es otra cosa más que por cuestiones políticas que están por encima de los fines sociales. La gente muchas veces ya está fastidiada de tantas promesas por parte de las distintas administraciones, lo que de alguna manera merma el tejido de los lazos sociales y la unidad territorial”. Sainz Villanueva puntualizó que es importante que a partir de la academia y del deber ser de los estudiantes del área de las ciencias sociales se promueva mayor número de investigaciones que den respuesta a las problemáticas relacionadas con la construcción de lazos comunitarios y tejido social, como parte fundamental del desarrollo de una sociedad y de una cultura de la paz. Ante los cambios profundos propiciados por la globalización económica, es necesario reflexionar sobre el deterioro del tejido social como consecuencia de la pobreza, desigualdad y violencia extrema, condiciones que han orillado a la ruptura de los lazos comunitarios y colocado al país como un territorio donde se ha precarizado de manera considerable la calidad de vida, aseguró la profesora de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS) de la UNAM, Silvia Galeana de la O. Durante el Conversatorio Lazos Comunitarios y Tejido Social, en ocasión del Seminario Permanente de las Ciencias Sociales 2023, Reflexiones del Mundo Contemporáneo: Reconstrucción del Tejido Social y Cultura de Paz, la académica destacó que las zonas más marginadas de la Ciudad de México son asentamientos con severas carencias y deficiencias de servicios públicos. Lo anterior las coloca como “focos” de reproducción de pobreza y exclusión social y “esto lo que hace es presentar a los territorios como escenarios idóneos ante actores políticos, como escenarios fructíferos de procesos clientelares”. Las necesidades de la población han sido atractivas para obtener votos o beneficios políticos sin que se tome en cuenta que esto recrudece las condiciones y proceso viciosos de exclusión social, dejando de lado la urgencia de atender de manera integral las diferentes violencias y condiciones de vida para contrarrestarlo, acotó. La gravedad de esta situación, subrayó Galeana de la O, es que, aunado a estas decisiones políticas, poco a poco las personas pierden también el interés de la participación social, así como la conciencia de modificar su entorno. “Nuestro país hoy en día se encuentra en un proceso de fragmentación social y esto se debe por los procesos de mercantilización de la vida; es decir, que se desvirtúa la relación de la naturaleza del ser humano con la sociedad y naturaleza misma, lo que trae como consecuencia los hechos de violencia donde se pierden valores fundamentales”, afirmó. Estos son: sentido democrático, de cooperación y colectividad, situación que los procesos políticos no ayudan a restablecer, pues en lugar de revertirlos los lacera y generan condiciones de cohesión social. “Creemos que uno de los principales problemas es no tener un concepto idóneo de lo que entendemos por tejido social, por parte de las instituciones. Pero importa más retomar las visiones, significados y mundos simbólicos que tienen los sujetos de los territorios”, dijo. De acuerdo con la experta universitaria, “la apatía y falta de interés de la población se relaciona esencialmente en tres dimensiones: a nivel de estructura de organización ciudadana, a nivel instrumentos para propiciar y fortalecer los procesos de participación ciudadana y a nivel de población para transformar su vida cotidiana y familiar”. En su oportunidad, el profesor-investigador de la ENTS, José Luis Sainz Villanueva, apuntó que el tejido social y los lazos comunitarios de la población se encuentran afectados debido a que no existe un tema de identidad, las personas tampoco sienten arraigo con su comunidad, además de que la cohesión social se ha visto afectada por las prácticas clientelares de los partidos políticos. Estos factores, insistió, han afectado el tejido social de las comunidades en donde la falta de organización y participación de los ciudadanos y el manejo político de los problemas ha generado una serie de vacíos institucionales, lo cual impide que existan las condiciones favorables para una cultura de la paz. El catedrático universitario comentó que otro rubro a considerar es la violencia, en torno al cual se ha generado una cultura del miedo, que va a romper con cualquier lazo comunitario. Agregó que como parte del trabajo y prácticas comunitarias que realizan en algunas zonas suburbanas y periféricas de la Ciudad de México, se puede establecer que además de inseguridad pública y condiciones socioeconómicas de precariedad, existen entornos desfavorables para la integración marcados por apatía y falta de interés de la población. “Esto no es otra cosa más que por cuestiones políticas que están por encima de los fines sociales. La gente muchas veces ya está fastidiada de tantas promesas por parte de las distintas administraciones, lo que de alguna manera merma el tejido de los lazos sociales y la unidad territorial”. Sainz Villanueva puntualizó que es importante que a partir de la academia y del deber ser de los estudiantes del área de las ciencias sociales se promueva mayor número de investigaciones que den respuesta a las problemáticas relacionadas con la construcción de lazos comunitarios y tejido social, como parte fundamental del desarrollo de una sociedad y de una cultura de la paz.