La radio, en opinión de la generalidad del público, es el medio más confiable y por su diversidad de contenidos y la facilidad con que es recibida en casi la totalidad del territorio nacional -con cobertura de más de 95 por ciento-, es propicio para debatir y propagar las ideas en un país democrático, afirma la académica e investigadora de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán, Virginia Medina Ávila.
Con ella coincide el profesor de la FES Aragón, José Antonio Zavaleta Landa, quien entrevistado por separado destaca que el espectro radiofónico acoge la pluralidad de voces del México multicultural que somos; es democrático porque “hay comunidades en las que todavía no hay internet, pero sí se puede encender la radio; a las que la televisión llega con mucha dificultad, o en las que sólo se puede ver un canal y la radio les ofrece más opciones”.
A través de los diversos contenidos que se transmiten en la radio se pueden conocer las preocupaciones locales, incluso la riqueza lingüística de nuestro país, agrega.
Con motivo del Día Mundial de este medio de comunicación -que se celebra el 13 de febrero- Medina Ávila, titular de la Cátedra Especial Daniel Cosío Villegas, explica que a lo largo de su historia ha tenido un papel relevante en momentos complicados: puede ser un salvavidas en tiempos de crisis y emergencia. Cuando las sociedades son azotadas por la catástrofe o las guerras, desesperadamente necesitan noticias y la gente encuentra en la radio información que salva vidas.
Durante la emergencia sanitaria por la COVID-19 también ha sido fundamental; se han observado cambios en los hábitos de escucha, consumo y un importante impacto psicológico por ser un medio más creíble, cercano, y estimula la imaginación, entretiene y reduce la soledad, añade la doctora en Letras e integrante del Sistema Nacional de Investigadores.
Antes de esta situación, normalmente la escucha de la radio se realizaba de manera individual y a horas determinadas. A partir de 2020 se efectúa de forma colectiva, a través del aparato tradicional o de tecnologías de la información y la comunicación como altavoces inteligentes, teléfonos móviles y tabletas, expone la investigadora y curadora histórica del Museo de la Radio creado por la Asociación de Radio del Valle de México, ubicado en la estación Parque de los Venados de la Línea 12 del metro de la Ciudad de México.
Los radioescuchas, señala, intercalan actividades diarias de convivencia con formas tradicionales y en línea, donde escucharla -cualquiera que sea el contenido- se mantiene de la siguiente manera: 46 por ciento lo hace de manera tradicional, 13 por ciento combina digital y en línea; y 31 por ciento sólo en línea.
En tanto, quienes la usan para escuchar música, 32 por ciento lo hace de manera tradicional; 22 por ciento combina esta y en línea; y 45 por ciento en línea.
Medios para la paz
En tanto, Zavaleta Landa, asociado en la Organización Interamericana de Defensoras y Defensores de Audiencias, subraya que hoy en día la radio tiene una labor importante: ayudar a promover la cultura y la comunicación para la paz. De hecho, el lema de este año de la efeméride es “Radio y Paz”.
Estamos en un momento muy álgido, de polarizaciones de distinta índole y se requiere justamente que planteemos medios para la paz, información y contenidos para ello, a veces se transmiten algunos que pueden parecer inocentes, pero que influyen en la sociedad y, lejos de acercarnos a la paz, nos alejan de ella, asegura.
La UNESCO refiere que al informar al público en general las emisoras de radio moldean la opinión pública y enmarcan una narrativa que puede influir en situaciones nacionales e internacionales, y en los procesos de toma de decisiones.
El organismo internacional agrega que la radio puede alimentar los conflictos, pero la profesional los modera e impide que las tensiones escalen; propicia conversaciones de reconciliación y reconstrucción.
En contextos de tensiones, los programas pertinentes y los informativos independientes sientan las bases de una democracia sostenible y una buena gobernanza, al reunir pruebas sobre lo que está ocurriendo, informar a los ciudadanos al respecto en términos imparciales y basados en hechos, explicar lo que está en juego y mediar en el diálogo entre los diferentes grupos de la sociedad.
Zavaleta Landa añade que para promover la paz, los medios de comunicación deben buscar combatir las fake news y fortalecer la información verificada, que provenga de diferentes fuentes y sea contrastada. También otorgar espacios a diversos actores en los temas que se abordan, y no dar lugar a discursos de odio que afectan la calidad democrática de los países.
En este sentido, el experto universitario resalta que las radios universitarias, educativas y culturales enriquecen el debate, pues plantean contenidos que van más allá de los de la radio comercial y buscan “hablarle al ciudadano de a pie”.
“Creo que una de las características importantes de la radio es que nos permite escuchar a los otros, vernos en el otro como un espejo, esa es la gran posibilidad que tiene también este medio”, subraya.
Medio resiliente
La radio ha resultado ser un medio resiliente; internet, más que eliminarla, ha sido su mejor aliada, sostiene Medina Ávila.
“Hoy consumimos más audio digital que nunca, e interactuamos en línea al mismo tiempo que sintonizamos un programa de radio. Los dispositivos conectados nos permiten escuchar radio y audio digital cuando y donde queramos”, asegura.
En la actual etapa de posconvergencia hay nuevas oportunidades para la radio y el audio digital, o ambas: la radio híbrida. “En realidad esta convergencia, transformación de la radio que yo llamo radiomorfización, nos brinda oportunidades y más formas de que la radio conecte con la audiencia como nunca antes”, asevera.