A pesar de que el crecimiento de la población mundial se comenzó a ralentizar, es decir, a hacerse más lento, se espera que en el año 2050 el número de habitantes en nuestro planeta alcance nueve mil 700 millones; en 2058, 10 mil millones; y en 2100, 10 mil 349 millones de personas, con los retos que eso implica, advirtió la investigadora del Instituto de Geografía de la UNAM, Abigail Vanessa Rojas Huerta.
La experta en demografía señaló que la tasa de crecimiento global actual es menos de uno por ciento; en términos más exactos, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estima que para 2023 será de 0.91 por ciento anual, cuando a inicios de este siglo era de 1.33, lo cual significa que la población aumenta, pero más lentamente. Tan sólo en este año se calcula que nacerán aproximadamente 134 millones de bebés, es decir, 4.3 cada segundo.
El mayor número de alumbramientos se registra en los continentes donde hay más habitantes -Asia y África- y, en varios casos, en aquellos en desarrollo, con menores ingresos, destacó.
La experta recordó en entrevista que una población crece, principalmente, a partir de nacimientos y defunciones, junto con otra variable: la migración.
Asia concentra 59 por ciento de la población total; le sigue África, con 18 por ciento (ambos suman 77 por ciento). Luego Europa, con nueve por ciento; América Latina y el Caribe, ocho por ciento; y Oceanía y América del Norte, seis por ciento.
Otra variable demográfica, aclaró la universitaria, es la densidad de la población que indica el número de habitantes por kilómetro cuadrado. Asia también tiene el primer lugar con aproximadamente 151 habitantes por kilómetro cuadrado; África, 48; Europa, 34; América Latina y el Caribe, 33; América del Norte 20; Oceanía, 5.
Los países más poblados son China e India con alrededor de mil 400 millones de personas cada uno. “Y eso representa que cada uno tiene el 18 por ciento de la población mundial”. Asimismo, de acuerdo con las estimaciones de la ONU, este año los indios tomarán el primer lugar como la nación con más habitantes del orbe.
Por supuesto, acotó Rojas Huerta, esa distribución poblacional se relaciona con las mayores tasas de fecundidad, correspondientes a las naciones con menor progreso económico, como las repúblicas del Níger, Central Africana y Democrática del Congo, junto con Somalia, Malí, Angola o Nigeria, donde las mujeres en edad fértil (de 15 a 49 años) tienen de cuatro a cinco; y hasta 6 o 7 hijos en promedio, respectivamente.
En contraste, las que registran menor fecundidad son desarrolladas, incluso algunas están por debajo de la tasa de remplazo de una generación a otra (padres-hijos). Menor de 2.1 hijos: China, Hong Kong, República de Corea, Islas Británicas, Malta, España o Italia, y algunos latinoamericanos como Cuba y Uruguay, que tienen tasas de fecundidad menores a 1.5 nacimientos por mujer en edad reproductiva, mencionó Rojas Huerta.
Se refirió a la edad mediana en el orbe y dijo que es aproximadamente de 30.5 años, lo cual significa que la mitad de la población está por debajo de esa edad. Por la propia dinámica poblacional, los países africanos encabezan a las naciones más jóvenes; las repúblicas de Níger y Central Africana tienen una edad mediana de 14.5 y 14.8, respectivamente, a las cuales se agrega Chad, con 15.1. En contraste, entre los que cuentan con mayor número de gente envejecida están Mónaco, con una mediana de 54.3 años; Japón, 49; Italia, 47.7. “En México tenemos 29.8 años”.
Respecto de la esperanza de vida, Rojas Huerta externó que África -Chad, Lesoto y Nigeria, por ejemplo- está por debajo de los 55 años. Las naciones con la mayor perspectiva de vivir son Mónaco, con 86.9 años; Macao -región administrativa de China-, 85.4; y Japón, 84.8; a los cuales se agregan Suiza, Suecia, Italia o Francia.
De acuerdo con estimaciones del organismo mundial, la esperanza de vida en México ha disminuido debido a la violencia, la “guerra” contra el narcotráfico y los feminicidios; se añaden los fallecidos por la pandemia y el hecho de que, desafortunadamente, en algunos estados la mortalidad infantil aún es alta. Actualmente es de 74.8 años, aseveró la investigadora.
Desafíos
Ante esta radiografía mundial, prosiguió, se enfrentan retos mayúsculos, porque las personas demandan acceso a servicios de salud y de calidad, pero hay regiones donde ni siquiera llegan las vacunas o no hay personal de salud preparado, ni recursos.
Al mismo tiempo, incremento de enfermedades crónicas, obesidad, sobrepeso; hipertensión; tipos de cáncer; diabetes y padecimientos cardiacos, así como enfermedades mentales.
También se requiere educación, en especial en los países “jóvenes”; pero no basta con que las nuevas generaciones adquieran habilidades y se formen con herramientas que después les permitan conseguir un empleo, se necesita crear puestos de trabajo dignos, con seguridad social, y garantizar a la población pensiones, jubilación o retiro, además de vivienda.
Entre otros desafíos están la mala distribución de la riqueza, cambio climático y fenómenos meteorológicos extremos (sequías, inundaciones, huracanes), mal uso de los recursos naturales (tierra, agua, etcétera), así como escasez de alimentos.
Ante un escenario tan complejo, heterogéneo y difícil, frente a tantas realidades demográficas cada nación deberá determinar los problemas que va a enfrentar y tomar medidas. “Las proyecciones de población nos ayudan a prever el futuro, que está a la vuelta de la esquina”, dijo.
Las emergentes deben aprender de lo que ocurre en otras que ya encaran el fenómeno del envejecimiento con el crecimiento de su población acompañado de políticas que fomentan que los jóvenes tengan hijos, tiempo para la convivencia familiar, guarderías, incluso la migración. Una opción sería el establecimiento de convenios internacionales para que exista apoyo de unos países a otros, concluyó Rojas Huerta.