Hoy en día la práctica del ahorro se ha dejado en el olvido; una forma de inculcarla al niño o joven, al igual que los hábitos económicos saludables, es por medio del sector educativo, aseguró la experta del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación de la UNAM, María Esther Aguirre Lora.
Durante la conferencia “Hablemos de puerquitos… Educación para el ahorro desde una perspectiva de largo aliento (XVI al XX)”, organizada por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional, dijo que el temprano conocimiento en la materia se ha difuminado y las instituciones formativas eliminan la enseñanza al respecto.
Aguirre Lora agregó que en la actualidad el consumismo y el mercado dejaron fuera el estilo de vida de economizar, al fomentar en la población el exceso de préstamos para tener dinero en sus bolsillos.
De acuerdo con la doctora en Pedagogía, es crucial resaltar que el atesorar inicia en el entorno cultural y social, y es urgente recuperar esta disciplina. Además, es necesario pensar lo educativo como una práctica situada históricamente, que no es ajena en lo que está pasando en la vida social. “Los niños van aprendiendo esto después de ver los comportamientos de sus padres al pedir préstamos, después eso se trasladará al entorno escolar”.
Cabe mencionar que en México, de acuerdo con la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros, 30 por ciento de los jóvenes carece de interés por obtener una tradición financiera y sólo 13 por ciento de ellos guarda una parte de su paga.
En tanto, la Institución de Banca Múltiple, Grupo Financiero BBVA México, publicó un artículo en su sitio electrónico en 2021 dirigido al sector juvenil, con el objetivo de difundir prácticas para el desarrollo del ahorro en la vida diaria, entre las cuales destacan: realizar las compras de la casa, con el fin de diferenciar precios y tomar decisiones; anotar los gastos, llevar una bitácora de ingresos y egresos; se recomienda también el uso de aplicaciones que ayuden a controlar las finanzas.
En la historia
“El ahorro es una práctica de la modernidad; empezó con la caridad cristiana de los franciscanos, que estaban en alerta por ver a dónde se dirigían los cambios sociales y las crisis que venían junto con ellos. En ese momento trataban de mejorar la calidad de vida de la población e impulsar el comercio”, subrayó la experta.
En el caso de México, a finales del siglo XIX se adoptaron los sistemas y se fundaron las cajas de ahorro, continuaron los préstamos. Además, en 1775 se creó el Nacional Monte de Piedad, principal referencia prestamista.
Esta práctica en los infantes se promovió a partir del 31 de octubre de 1924, momento en el que se consideró al niño potencial para ello. Aguirre Lora destacó que esta fecha es conocida como el Día Mundial del Ahorro, conmemoración que actualmente se festeja.
Durante el encuentro que formó parte del Ciclo de Conferencias “Tejer historias y construir sentidos en torno a la cultura escolar”, la universitaria recordó que el entonces presidente de México, Plutarco Elías Calles, estableció una serie de políticas para que la población mejorara: promovió el antialcoholismo y la alfabetización.
En el ámbito educativo, la ponente profundizó que todo influye en la escuela. A partir de 1938 se impulsaron los bonos escolares y se pidió a los menores que los compraran y prestaran para la Expropiación Petrolera.
Inclusive se establecieron ferias del ahorro escolar, se impulsó el entendimiento en este ámbito y sus ventajas. Con el paso del tiempo las instituciones bancarias pusieron más atención a esto, y ofrecieron abrir cuentas para infantes, agregó.
El libro de texto no fue el medio para enseñarlo como tal, pero fueron las distintas prácticas que el sistema incluyó dentro de las escuelas. Para la experta, la cooperativa es el mejor ejemplo de un método de ahorro; la escuela sí lo transmite.