Con el propósito de realizar un análisis participativo de los sistemas de alerta que se utilizan actualmente en volcanes activos de México y Centroamérica, además de identificar las capacidades y las principales debilidades y/o dificultades existentes para la implementación de sistemas de alerta temprana, inició el Tercer Foro Nacional de Geociencias.
Con el tema “Sistemas de alerta en volcanes activos de México y Centroamérica: Hacia una visión integral”, el encuentro se realiza en ocasión del Día Internacional para la Reducción del Riesgo de Desastres, y fue promovido por la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR), el Centro de Geociencias y el Seminario Universitario de Riesgos Socioambientales (SURSA) de la UNAM.
La secretaria de Desarrollo Institucional de la UNAM, Patricia Dolores Dávila Aranda, destacó que este encuentro considerará especialmente las alertas tempranas que están menos desarrolladas en el país: las volcánicas y de tornados, por lo que sugirió a los participantes a reflexionar sobre los avances y oportunidades en la materia en México y el papel que debe jugar la Universidad en el desarrollo de estos instrumentos en beneficio de los grupos más vulnerables.
“Nuestra Universidad es pionera en el país en el estudio, diseño y operación de algunos sistemas de alertamiento temprano que han salvado vidas, como la Red de Banda Ancha del Servicio Sismológico Nacional y el Sistema de Alerta Temprana ante ciclones tropicales, entre otros. Sin embargo, por la posición geográfica de México existen muchos otros tipos de alertas tempranas que deben ser desarrolladas a través de esfuerzos conjuntos entre académicos provenientes, tanto de las ciencias naturales y sociales, como de las humanidades”, consideró Dávila Aranda.
Durante la inauguración del acto, realizado a distancia, Manuel Suárez Lastra, director del Instituto de Geografía de la UNAM, comentó queel hecho de que el Día Internacional para la Reducción del Riesgo de Desastres esté dedicado a los sistemas de alerta temprana, es especialmente importante para la Universidad donde se estudian intervenciones para reducir el riesgo.
“Es un tema en el que la comunidad del Instituto y de varios de los institutos ‘Geos’ de la UNAM hemos contribuido en diferentes momentos, y en el Laboratorio Nacional de Observación de la Tierra (LANOT) se han desarrollado herramientas fundamentales para la operatividad de varios sistemas de alertamiento temprano, proveemos insumos de percepción remota necesarios para evaluar las amenazas y asociados a fenómenos que podrían ser ciclones tropicales, tormentas severas, sequías, incendios forestales, ondas de frío, calor, e incluso el comportamiento de plumas volcánicas”, comentó Suárez Lastra.
En la apertura de actividades del Foro, Enrique Guevara Ortiz, director del Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED), destacó que los sistemas de alerta temprana se deben basar en claras premisas: estar diseñados para detectar amenazas múltiples; esto requiere que sean de principio a fin lo que involucra la identificación de los peligros, el monitoreo de amenazas y traducir esta información en mensajes claros para la población.
“En México estamos promoviendo la implementación de un Sistema Nacional de Alerta, siguiendo estos principios que se establecen desde Naciones Unidas, para garantizar que la información llegue de manera accesible a todas las personas”, señaló Guevara Ortiz al participar en el encuentro organizado por el Centro de Geociencias, la Facultad de Ciencias, la Escuela Nacional de Ciencias de la Tierra y el SURSA de la UNAM.
Las organizadoras del encuentro Lucía Capra Pedol, directora del Centro de Geociencias, y Naxhelli Ruiz Rivera, coordinadora del SURSA e investigadora del Instituto de Geografía, detallaron que el diseño e implementación de alertas es un desafío considerable para los sistemas nacionales de gestión de riesgos. Y si bien es generalizado el reconocimiento de alertas tempranas, como vías para minimizar el daño a las personas, bienes y medios de vida ante diferentes amenazas, los sistemas implican un esfuerzo considerable de colaboración entre diferentes áreas científicas, organizaciones de gobierno y liderazgos sociales que, en general, es difícil conseguir.
“Esta coordinación representa no solo un reto porque su diseño nos lleva a conocer y monitorear instrumentalmente los fenómenos naturales con gran precisión, sino establecer qué acciones específicas son las que debemos realizar en diferentes comunidades que pueden sufrir daños y pérdidas de todo tipo”, afirmó Ruiz Rivera.
Recordaron que la conmemoración fue instaurada a partir de 2016 y cada año se pone una meta distinta. En el caso de la actividad volcánica conlleva un conjunto de fenómenos peligrosos para las comunidades asentadas en el área de influencia de los colosos, y aún después de décadas de investigación, el comportamiento de estos puede ser inesperado provocando grandes tragedias, como fue la última erupción del volcán de Fuego, en Guatemala.
Por eso consideramos fundamental trabajar en sistemas de alertas integrales, además de poder definir diferentes escenarios eruptivos, el alcance de los productos, realizar el análisis de vulnerabilidad física, social y económica de las poblaciones expuestas y establecer protocolos de comunicación para una adecuada gestión y la reducción de riesgos de desastres, destacó Capra Pedol.