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TECNOLOGÍA ESPACIAL TAMBIÉN SE APLICA EN NUESTRO PLANETA.

porRedacción

Nov 7, 2021

Los instrumentos y sistemas desarrollados para el observatorio LIGO (Laser Interferometer Gravitational-Wave Observatory, por sus siglas en inglés), además de buscar ondas gravitacionales, son aprovechados en las industrias de la salud y seguridad en la Tierra, comentó Sheila Rowan, de la Universidad de Glasgow.

La investigadora y colaboradora del proyecto, quien fue invitada por Fundación UNAM para ofrecer la charla “Ondas gravitacionales: escuchando el Universo”, expuso que en la institución educativa a la que pertenece se elaboraron sistemas de medición de alta precisión, de cristales de alta de seguridad, sensores que permiten la diferenciación de células para la salud, escaneos de retina, medidores de gravedad ambiental en sistemas de gas y petróleo, entre otras innovaciones.

“Estos son solo algunos de los desarrollos en mi universidad, que es Glasgow, que tiene aplicaciones mucho más cerca de casa, así que algunos desarrollos tecnológicos para este observatorio pueden ayudar en la vida de la gente aquí y ahora”.

Como ejemplo puso el sistema que permite detectar, con gran precisión, pequeños enrojecimientos en la retina del ojo para buscar enfermedades, algo que se trabaja con una empresa del Reino Unido. Se colabora de manera conjunta con biólogos expertos en células madre quienes usan las vibraciones para convertir preferentemente estas células y ayudar a personas con implantes óseos y osteoporosis.

Otro proyecto implica el uso de los sensores ambientales MEMS Gravity para el monitoreo de sistemas de seguridad para la industria de gas y petróleo, afirmó la investigadora del Reino Unido ante el presidente de Fundación UNAM, Dionisio Meade García de León; el investigador emérito de la UNAM, Jaime Urrutia Fucugauchi; y la directora del Centro de Estudios Mexicanos UNAM-UK, Ana Elena González.

Información precisa

Durante su participación, la experta en Ondas Gravitacionales transmitió los audios en los que se escuchan, literalmente, las ondulaciones generadas por la gravedad en el Universo, que se parecen al sonido de una gota de agua al caer.

El audio corresponde a la fusión de dos agujeros negros, acotó, que se produjo a mil 300 millones de años luz de distancia de la Tierra, y con éste los expertos que forman parte del proyecto LIGO amplían las estimaciones que se tenían sobre la frecuencia de este tipo de procesos astronómicos.

Esta “firma de sonido”, precisó la investigadora, es única y les indica, como ningún otro parámetro, que se produjo esa integración en una forma que, hasta ahora, no se había logrado.

“Las estrellas (de neutrones) han comenzado a aparecer, los agujeros negros lo hacen eventualmente y comienzan a darnos pistas sobre si se formaron antes y podemos empezar a construir una historia de la evolución de las estrellas y los sistemas de agujeros negros. Cuanto más sensibles sean los instrumentos, más capaces seremos de regresar en el tiempo”, aseguró Rowan.

La consejera científica del gobierno de Escocia explicó que este tipo de ondas son invisibles, aunque increíblemente rápidas, pues viajan a la velocidad de la luz en el espacio, es decir, aproximadamente 300 mil kilómetros por segundo.

Añadió que hace más de un siglo Albert Einstein predijo que cuando dos planetas o estrellas orbitan entre sí podían causar ondulaciones en el espacio, las cuales se extenderían como una gota de agua en un estanque al lanzar una piedra, pero que contraen y estiran cualquier cuerpo que se encuentren en su camino.

Los eventos que generan las ondas gravitacionales como la explosión de una supernova, la fusión de dos estrellas de neutrones que orbitan entre sí o de dos hoyos negros están demasiado lejos de la Tierra, y por ello cuando llegan a nosotros las ondas son tan pequeñas y débiles que es difícil detectarlas, abundó.

En 2015 el proyecto LIGO las detectó al utilizar un sistema que tiene un haz de luz láser dispuesto en forma perpendicular, y la luz rebota en unos espejos situados en los extremos de los gigantescos tubos, precisó la también directora del Instituto de Investigación sobre Gravitación.

Rowan dijo que actualmente se realiza una nueva actualización del equipo, el cual recibirá el nombre de “A+”, por lo que pronto se contará con sensores de última generación con los que se espera identificar con mayor precisión las deformaciones en el espacio causadas, principalmente, por la fusión de agujeros negros.

Actualmente hemos avanzado mucho en planear y crear detectores más sensibles de lo que hemos visto hasta ahora. Se están haciendo las actualizaciones y en un par de años tendremos instrumentos más sensibles, concluyó.