La COVID-19 ha desplazado a las hemorragias y la preclamsia como los principales factores de muerte para las mujeres embarazadas, con aumento de más de 40 por ciento de fallecimientos prevenibles, asegura María de los Ángeles Torres Lagunas, de la Escuela Nacional de Enfermería y Obstetricia (ENEO) de la UNAM.
Los medios electrónicos adquieren relevancia al ser instrumentos que facilitan la relación médico-paciente para dar seguimiento y atención durante el embarazo, además de evitar contagios de la COVID-19 al evitar acudir a centros de salud.
El Observatorio de Mortalidad Materna de México reporta que a la semana 30 de este año se registraron 524 decesos, cifra mayor al mismo periodo de 2020, cuando hubo 460.
Esta información fue confirmada recientemente por la Organización Panamericana de la Salud, la cual advirtió que la continua interrupción de los servicios de salud para ellas, debido a la COVID-19, podría eliminar más de 20 años de avances en la reducción de la mortalidad materna y disminuir el acceso a la planificación familiar.
En ocasión del Día Internacional de la Obstetricia y la Embarazada, a celebrarse el 31 de agosto, Torres Lagunas destaca que luego de un año ocho meses de emergencia sanitaria se sabe que las embarazadas y quienes están en el puerperio (período que transcurre desde el parto hasta que vuelve al estado ordinario anterior a la gestación) tienen mayor riesgo de presentar formas graves de la COVID-19 debido a que conforme el feto crece desplaza estructuras del diafragma, lo que reduce la capacidad respiratoria de la mujer.
Ante esta situación estima necesario tener mayor cuidado a partir del segundo trimestre del embarazo y tomar las medidas de seguridad (uso de cubrebocas y gel desinfectante, lavado de manos, sana distancia), además de mantener la atención obstétrica regular por otras medios para evitar la visita a los centros de salud.
Atención a distancia
“Debemos cambiar el paradigma de atención, tenemos que utilizar los medios electrónicos, los indicadores que traen esos medios, el uso de la telemedicina, del WhatsApp, los números de emergencia y algunos otros como la línea materna que da la Secretaría de Salud”, comenta la experta.
El seguimiento a distancia permitiría limitar problemas o comorbilidades que suceden durante el embarazo, como son la preeclampsia, diabetes gestacional y parto pretérmino, especialmente en el segundo y tercer trimestre, sugiere.
La especialista en preclamsia explica que aun cuando no todas las personas tienen recursos económicos para comprar equipos de monitoreo del pulso, niveles de glucosa, temperatura u oxigenación en sangre, la mayoría cuenta con teléfono celular mediante el cual se puede enviar mensaje al especialista para dar seguimiento prenatal, que identifique riesgos y límite de daños durante el embarazo.
“Para ello, debemos cambiar la forma en que lo hemos hecho. Se pedía su asistencia a, por lo menos, cinco citas en la clínica. Si durante el control se detectan las enfermedades, comorbilidades, cómo puede protegerse, especialmente si adquiere la COVID-19, cómo se debe cuidar para que no sea tan severa y estar atenta a riesgos y síntomas exacerbados”, precisa la investigadora.
La jefa de la División de Estudios Profesionales de la ENEO recuerda que las medidas de protección no deben dejarse de lado durante el embarazo y lactancia, pues diversos estudios demuestran que no existe transmisión vertical del virus de la madre al feto, y que las mamás pueden lactar al neonato.
Si llegaran a presentar la COVID-19 en el periodo de lactancia pueden infectar a su bebé al hablar, toser o estornudar si no usan cubrebocas, porque la transmisión del virus es por las gotas que se expulsan de boca y nariz (aerosoles); por lo tanto, aun en el hogar se deben extremar las medidas de protección.
Debido a que aproximadamente 70 por ciento de los embarazos en México son de bajo riesgo, y que las posibles complicaciones son mínimas para este grupo, serían candidatas idóneas para un cuidado prenatal mixto por enfermeras obstetras y parteras que incluya monitoreo a distancia, además de visitas prenatales a domicilio. Esto prevendría riesgos de contagio, proporcionaría mayor protección y seguridad a la mujer y su familia, destaca Torres Lagunas.
“La pandemia ha venido a mostrar las bondades que tiene poder atender un parto en casa, en agua y en compañía de las personas más inmediatas, con todas las medidas de higiene”, reflexiona la académica de la ENEO.
De acuerdo con un estudio publicado en enero de 2021 por The Lancet Global Health, de ampliarse 25 por ciento las intervenciones realizadas por parteras se reducirían las muertes maternas 41 por ciento y 26 por ciento menos decesos neonatales para el 2035.
“Si no tienes datos clínicos por COVID-19 y tu pareja y tú están de acuerdo en que el nacimiento en casa sea una opción, considero que este tipo de nacimientos tendría que ser promovido con personal profesional: obstetras, enfermeras perinatales, licenciadas en enfermería y parteras profesionales, sobre todo en las zonas rurales, pues reduciría muchas muertes que son prevenibles”, comenta la universitaria con respecto a la publicación.
Mayores cuidados
Como humanidad nos tocó vivir una situación sui géneris en la que llevamos un año ocho meses de pandemia y debemos aprender a vivir con esta situación; identificar cómo cambian las cosas especialmente en la atención de la mujer embarazada e irse adaptando, refiere Torres Laguna.
Se ha visto que tienen miedo de acudir a las clínicas y los centros de salud para su cuidado prenatal por temor a infectarse al estar en contacto con personas enfermas y es normal, razón por la cual los profesionales de la salud procuran brindarles confianza y seguridad para que continúen su control.
Esto se lleva a cabo a través de programas de detección de riesgo y educación perinatal que prevengan o limiten daños, por lo que desde la ENEO se trabaja en propuestas de cuidado prenatal mixto mediante entrevistas para detección, riesgos, signos de alarma y evitar daños, mediante monitoreo remoto y atención directa para una revisión segura, cuando así se requiera, detalla.
En la ENEO se trabaja en programas de entrenamiento para ofrecer atención a la mujer mediante telemedicina y mediante entrevistas detectar signos de alerta para, en su caso, solicitar su presencia para revisión segura, abunda.