Aunque el cubrebocas que se está utilizando para protegerse del Covid-19, no está clasificado como un Residuo Peligroso Biológico Infeccioso -RPBI-, sí se debe tener un cuidado especial al momento de desecharlo, porque en este último año ha proliferado mucho la basura tendiente al tipo de material que se utiliza para la fabricación del cubrebocas, en lugares no aptos para recibir desechos.
No se puede pedir que se restrinja su uso por el tema sanitario, porque no se puede escatimar en las medidas de protección y prevención, pero sí alegar o apelar a la conciencia de la sociedad de que sean más sensibles en el tema del desecho del cubrebocas, así lo expuso el Director de Gestión Ecológica, Israel Esparza Rodríguez.
Añadió que si bien, no se sabe cuánto tiempo dura el virus activo en el cubrebocas, o de forma aeróbica, la disposición final, aunque no esté clasificado como RPBI, debe ser en una bolsa que identifique el contenido.
“Tan fácil es romperlo con tijeras, introducirlo en una bolsa de plástico biodegradable y señalar en la bolsa de qué se trata, para que el recolector de basura o el pepenador sepan que contiene”, comentó el funcionario.
Un segundo problema es que se les encuentra constantemente como desecho en bocas de tormenta que hasta llegan a obstruir el paso del agua, “y más ahora que hay mucho viento y los mueve a todas partes”.
Por ello, el director Israel Esparza insta a la población a suprimir esa conducta y empezar a cambiar los hábitos sobre el desecho del cubrebocas, e incluso enseñar a los más pequeños, “pues esta es una realidad que viviremos al menos hasta que pase la pandemia”.