• 25 noviembre, 2024 4:58 am

BIBLIOTECA Y HEMEROTECA NACIONALES IRÁN MÁS ALLÁ DE LA DIGITALIZACIÓN

porRedacción

Feb 19, 2024

Los procesos para la preservación del patrimonio documental de nuestra nación serán más ágiles y eficientes con el desarrollo exponencial del progreso tecnológico y el uso de la inteligencia artificial (IA), las cuales además de ser herramientas de moda, representan prácticamente la cuarta revolución industrial que impacta todas las áreas del conocimiento. Para la nueva directora del Instituto de Investigaciones Bibliográficas (IIB) de la UNAM, María Andrea Giovine Yáñez, durante los próximos cuatro años su objetivo es llevar a cabo un proyecto colectivo que empate con los nuevos retos del siglo XXI, basado en tres ejes principales: innovación, interdisciplina y vinculación. Es muy importante definir en conjunto la mejor forma de utilizar las nuevas tecnologías en nuestras misiones de preservar, conservar, resguardar, acopiar, estudiar y difundir nuestro patrimonio documental, acotó. En entrevista destacó que, frente a los cambios tecnológicos que se registran en el mundo, es esencial refrendar la vocación de servicio de ambos recintos, dependientes del IIB, estando cada vez más cerca de las necesidades de información y documentación del público, con el objetivo de generar mayor número de lectores y en donde leer siga siendo un punto clave para el avance del país. Deben constituirse aún más en un lugar esencial de encuentro del conocimiento y la cultura con la gente, un espacio simbólico y real en el que todas y todos los mexicanos podamos sentir cercanía con nuestro patrimonio documental. “Hoy más que nunca resulta prioritario redefinir su papel y hacer de ellas instituciones modernas, accesibles y cercanas, así como un espacio de aprendizaje, investigación, reflexión y convivencia. Un lugar de trabajo en el que se valore y ponga en juego el binomio tradición-innovación y se generen nuevas dinámicas de interacción basadas en la transversalidad, la colaboración, el respeto y la transparencia”. Es urgente acercarlas a todos los lectores. Una biblioteca nacional no puede pensarse como un almacén de libros inaccesible en un edificio históricamente valioso, sino como un sitio vital y de encuentro permanente con la memoria de la nación, consideró la investigadora. En este contexto, la directora recordó que uno de los desafíos que enfrenta la entidad académica a su cargo es la digitalización de materiales y documentos que se conservan en la Biblioteca y Hemeroteca nacionales, a fin de hacerlos más accesibles para su consulta presencial o a distancia. En el tema de la innovación, continuó, no hay duda de que la IA y cualquier otra tecnología deben estar al servicio de los seres humanos; no vienen a desplazar el trabajo de las personas, son herramientas para realizar esa labor más eficiente. Su uso arroja buenos resultados ya que permite efectuar un mayor número de tareas de manera más rápida y simplificada, siempre con la supervisión de los expertos. Es necesario que los especialistas en cada una de las áreas, tanto en la investigación como en los procesos técnicos, sean quienes abanderen esa modulación en el desarrollo de las nuevas tecnologías, específicamente para nuestros requerimientos, apuntó.Los procesos para la preservación del patrimonio documental de nuestra nación serán más ágiles y eficientes con el desarrollo exponencial del progreso tecnológico y el uso de la inteligencia artificial (IA), las cuales además de ser herramientas de moda, representan prácticamente la cuarta revolución industrial que impacta todas las áreas del conocimiento. Para la nueva directora del Instituto de Investigaciones Bibliográficas (IIB) de la UNAM, María Andrea Giovine Yáñez, durante los próximos cuatro años su objetivo es llevar a cabo un proyecto colectivo que empate con los nuevos retos del siglo XXI, basado en tres ejes principales: innovación, interdisciplina y vinculación. Es muy importante definir en conjunto la mejor forma de utilizar las nuevas tecnologías en nuestras misiones de preservar, conservar, resguardar, acopiar, estudiar y difundir nuestro patrimonio documental, acotó. En entrevista destacó que, frente a los cambios tecnológicos que se registran en el mundo, es esencial refrendar la vocación de servicio de ambos recintos, dependientes del IIB, estando cada vez más cerca de las necesidades de información y documentación del público, con el objetivo de generar mayor número de lectores y en donde leer siga siendo un punto clave para el avance del país. Deben constituirse aún más en un lugar esencial de encuentro del conocimiento y la cultura con la gente, un espacio simbólico y real en el que todas y todos los mexicanos podamos sentir cercanía con nuestro patrimonio documental. “Hoy más que nunca resulta prioritario redefinir su papel y hacer de ellas instituciones modernas, accesibles y cercanas, así como un espacio de aprendizaje, investigación, reflexión y convivencia. Un lugar de trabajo en el que se valore y ponga en juego el binomio tradición-innovación y se generen nuevas dinámicas de interacción basadas en la transversalidad, la colaboración, el respeto y la transparencia”. Es urgente acercarlas a todos los lectores. Una biblioteca nacional no puede pensarse como un almacén de libros inaccesible en un edificio históricamente valioso, sino como un sitio vital y de encuentro permanente con la memoria de la nación, consideró la investigadora. En este contexto, la directora recordó que uno de los desafíos que enfrenta la entidad académica a su cargo es la digitalización de materiales y documentos que se conservan en la Biblioteca y Hemeroteca nacionales, a fin de hacerlos más accesibles para su consulta presencial o a distancia. En el tema de la innovación, continuó, no hay duda de que la IA y cualquier otra tecnología deben estar al servicio de los seres humanos; no vienen a desplazar el trabajo de las personas, son herramientas para realizar esa labor más eficiente. Su uso arroja buenos resultados ya que permite efectuar un mayor número de tareas de manera más rápida y simplificada, siempre con la supervisión de los expertos. Es necesario que los especialistas en cada una de las áreas, tanto en la investigación como en los procesos técnicos, sean quienes abanderen esa modulación en el desarrollo de las nuevas tecnologías, específicamente para nuestros requerimientos, apuntó.