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CONMEMORA LA UNAM EL RESGUARDO DEL PATRIMONIO BIBLIOGRÁFICO DE LA NACIÓN.

porRedacción

Oct 15, 2023

La Universidad Nacional ha ganado por tener bajo su resguardo el patrimonio bibliográfico más importante del país; nos ha dado la oportunidad de preservarlo, estudiarlo y nos impone la obligación de difundirlo, aseguró el secretario General de la UNAM, Leonardo Lomelí Vanegas.

Al participar en la sesión solemne conmemorativa con motivo de los 60 años de la reapertura de la Biblioteca Nacional de México (BNM) en el ex-Templo de San Agustín y 30 años de la inauguración del servicio en el edificio del Fondo Reservado, en Ciudad Universitaria, dijo:

A lo largo del siglo XXI debemos hacer una mejor labor para que se conozca esta riqueza bibliográfica que la nación ha encomendado a la Universidad para su custodia y estudio.

En el acto, efectuado en la Sala Mexicana de la BNM, también hizo uso de la palabra el exrector de la UNAM, José Sarukhán Kermez, quien comentó el afecto que tiene por las bibliotecas:

“Había alguien que decía que una universidad era una biblioteca grande rodeada de edificios, y no estaba nada mal. Visité aquella (en 1993, en el ex-Templo de San Agustín, Centro Histórico) y al ver cómo se encontraban los documentos, los libros más antiguos, valiosos, que el país había encargado a la UNAM, salí convencido de que había que hacer un esfuerzo para alojar esas joyas de información en un sitio adecuado; qué mejor que estuviera adosado al edificio de la BNM”.

Aunque el hecho de tener esta información no debería quedarse en el guardar joyas, sino que ilumine lo más posible a la sociedad mexicana; las nuevas tecnologías son retos, pero también oportunidades. La UNAM tiene que seguir creciendo y haciendo las cosas que nadie más hace en el país, acotó.

A su vez, el presidente honorario y secretario del Consejo Consultivo de la Biblioteca y Hemeroteca Nacionales de México e integrante de la Junta de Gobierno de la UNAM, Vicente Quirarte Castañeda, aseguró que la misión de un fondo reservado no consiste exclusivamente en custodiar un tesoro museográfico, “la riqueza para crecer necesita de sus lectores activos”.

“Todo legado intelectual tiene la obligación de mantener la vigencia que el oro y la espada pierden con el paso del tiempo. Son una herencia viva gracias a la cual conversamos con los autores, sea en el aula, en el coloquio, o en las cada vez menos frecuentes horas dedicadas a la lectura, gratuita y desinteresada, el más creativo y noble de los ocios”, destacó.

Memoria documental

Pablo Mora Pérez-Tejada, director del Instituto de Investigaciones Bibliográficas, apuntó que es necesario generar sistemas y plataformas tecnológicas de formatos perdurables para fortalecer vías de acceso abierto de recursos digitales.

“Al mismo tiempo se debe contar con la preservación de la memoria de nuestros pueblos. Ahora que son las bibliotecas las que siguen siendo los repositorios que guardan la memoria documental de la humanidad y deben ser fuentes confiables de acceso a la cultura abierta y democrática”, manifestó.

El también investigador se refirió al 9 de octubre de 1993: “hace 30 años se inauguró un nuevo edificio, el Fondo Reservado, que nos cobija ahora y que custodia los tesoros librescos más importantes de la cultura mexicana. Fueron el entonces rector José Sarukhán y el exdirector del IIB, José Moreno de Alba, quienes consiguieron los recursos para construir lo que representa uno de los edificios más emblemáticos de la Universidad Nacional”.

Describió además su arquitectura singular al traspasarse un túnel -del tiempo- revestido de madera que confronta el busto de la escritora sor Juana Inés de la Cruz y se cruza por un patio en donde se halla una fuente que sostiene una pirámide invertida. Citó un fragmento del poema “Sueño” de la poetisa:

Piramidal/ funesta/ de la tierra nacida sombra/ al cielo encaminaba de vanos obeliscos punta altiva/ escalar pretendiendo las estrellas…”.

En la sesión estuvieron también Baltazar Brito Guadarrama, director de la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia “Eusebio Dávalos Hurtado”; e Isabel Grañén Porrúa, directora de la Biblioteca “Fray Francisco de Burgoa” y presidenta de Apoyo al Desarrollo de Archivos y Bibliotecas de México.