• 24 noviembre, 2024 8:36 pm

REÚNEN EN CATÁLOGO ÚNICO EL PATRIMONIO CULTURAL DE LA UNAM.

porRedacción

Ago 18, 2023

Libros incunables, manuscritos, obras de arte, planos, piezas arqueológicas, modelos anatómicos, objetos industriales, artesanías, instrumentos musicales, colecciones científicas, muebles, inmuebles y hasta bienes naturales, digitales, visuales y sonoros, forman parte de uno de los patrimonios culturales más ricos de nuestro país: el de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Los datos de esa herencia acumulada a lo largo de la centenaria historia de la institución, por primera vez reunidos, pueden ser consultados mediante el catálogo profesional, único, cuyo nombre es Patrimonio Cultural de la UNAM, el cual está disponible en el Portal de Datos Abiertos UNAM (datosabiertos.unam.mx). Con la colaboración técnica de la Dirección General de Repositorios Universitarios se firmó, además, un convenio de colaboración.

Se trata de 22 mil 463 registros, de interés para la comunidad universitaria y la sociedad en general. Para inicios del próximo año se contará con otros ocho mil; en total serán más de 30 mil, informó en entrevista el presidente del Comité de Catalogación del Patrimonio Cultural de la UNAM (CCPCU) y director del Instituto de Investigaciones Bibliográficas, Pablo Mora Pérez-Tejada.

La riqueza cultural de la Universidad está dispersa en las diversas dependencias que la conforman, y aunque gran parte está registrada y su existencia se verifica por la Dirección General del Patrimonio Universitario (DGPU), el Catálogo es un listado exclusivo de bienes reconocidos como patrimonio cultural de la UNAM que conjunta la información de las piezas e impulsa su estudio, conservación y difusión.

La tarea estuvo a cargo del CCPCU, órgano colegiado multidisciplinario conformado por 17 integrantes y encargado de desarrollar lineamientos y políticas para la identificación y registro de esos bienes; se creó por acuerdo del rector Enrique Graue Wiechers, en febrero de 2021, a propuesta de la Subcomisión de Acervos Patrimoniales de la Comisión de Difusión Cultural del Consejo Universitario.

Mora Pérez-Tejeda explicó que la Subcomisión fue establecida en 2013 para coordinar los esfuerzos de identificación, mediante el establecimiento de criterios específicos. “Se determinó que, a través de un catálogo universitario como este, se podía crear una nueva conciencia patrimonial en los universitarios, y luego extenderla a todo el país”, ya que ella se traduce en valores tan importantes como identidad, o el sentido de pertenencia.

El experto consideró que la comunidad UNAM y la sociedad en general deben consultarlo para conocer la riqueza patrimonial de las diferentes instancias de la Universidad Nacional. “En su primera etapa es una especie de cartografía que permite identificar los bienes con que cuenta nuestra institución en 100 dependencias”.

Detalles

La base de datos parte de lo que tenía identificado la DGPU. “Nos ofrecieron su catálogo histórico, pero hay que recordar que esos registros tienen otras funciones, incluso administrativas, que no corresponden al objetivo de difusión y preservación por sus atributos históricos, simbólicos y, en general, culturales”.

En ese sentido, el CCPCU evaluó aproximadamente 22 mil 500 objetos que se tenían, a fin de determinar si correspondían a patrimonio cultural. La mayoría fueron aprobados y se creó la primera base de datos del catálogo, que sigue en permanente crecimiento.

Además, se efectuó un diagnóstico y se emitieron encuestas a 182 entidades universitarias para conocer si resguardan bienes de patrimonio cultural. Por lo pronto, con los datos que nos ofreció DGPU y con la evaluación de algunos resultados de la encuesta, se identificaron 22 mil 463 bienes en 100 distintas entidades.

Cuando fuimos a revisarlos, varios carecían de autor, año de elaboración, procedencia, tipo de material, etcétera, por lo que se recurrió a expertos para identificarlos. La Universidad trata de utilizar sus mejores herramientas y el personal más profesional para dar respaldo a lo que hacemos en educación, investigación y difusión, resaltó Mora Pérez-Tejada.

El catálogo cuenta con un primer corpus de datos básicos o etiquetas para identificar los bienes: autor, título de la obra, marca (porque hay objetos industriales como microscopios), tipo de objeto, fecha de elaboración, descriptores, procedencia, entidad responsable, entre otros datos. Posteriormente, el organismo trabajará en agregar otros datos y atribuciones especiales para cada pieza con el propósito de que el usuario tenga la mayor cantidad de datos. En algunos casos, cuando existan los catálogos especializados de la entidad de procedencia se ofrecerán los enlaces correspondientes.

Momento histórico

En entrevista, la secretaria técnica del Comité, Martha Elena Romero Ramírez, dijo al respecto que, además de los datos de identificación, se busca mostrar el valor que tiene cada uno de los materiales que conforman la memoria universitaria, los cuales representan su identidad.

Hasta ahora, aseveró la experta, hay 16 tipos de objetos que agrupan al patrimonio cultural, entre ellos el documental, industrial, artesanal o digital, junto con obras de arte, mobiliario, material didáctico, muestra científica, además de reconocimientos y premios, “pero esa tipología podría aumentar con el paso del tiempo”.

En ese sentido, Pablo Mora destacó que ello se debe a las posibilidades de enriquecimiento con otros tipos de patrimonio cultural, como el deportivo.

Los bienes de la Universidad son los que adquiere o le donan, así como los que obtienen valor patrimonial a lo largo del tiempo y que las entidades deben identificar, por ejemplo, objetos o apuntes de un académico o deportista destacado e imprescindible en su área, añadió Romero Ramírez.

De esta manera, abundó, se incorporarán aquellos que establecieron un momento histórico del deporte universitario o mexicano: una camiseta, la primera medalla que se obtuvo en alguna disciplina, un balón, etcétera.

A partir de la elaboración de esta herramienta, a cargo de un órgano colegiado que además cuenta con un reglamento, se genera mayor conciencia patrimonial en las entidades y se imparten cursos para mostrar qué es el patrimonio cultural y cómo se distingue de otros.

El trabajo de identificación de bienes resulta una labor de enriquecimiento cultural para la UNAM y el país; además, se elaborará un listado de criterios de evaluación con el mismo objetivo; se emitirán recomendaciones técnicas y profesionales para la preservación de estos materiales, enfatizó Mora Pérez-Tejada.

Asimismo, se creará un manual de procedimientos para el registro de nuevos objetos. Ese será el conjunto de beneficios del catálogo, sostuvo.

Como parte del proyecto, agregó el presidente, se incorporarán imágenes de cada uno de los bienes para que los usuarios cuenten con fotografías en resolución óptima. También está abierta la convocatoria a estudiantes y académicos para concursar en el diseño del logotipo que dará identidad al catálogo.

En tanto, Martha Elena Romero invitó a los alumnos a realizar su servicio social o tesis en el Comité, en tareas relacionadas con gestión cultural, identificación de bienes, catalogación, etcétera. Existe actualmente un programa específico para llevar a cabo estas actividades de apoyo en la conformación de catálogos y otros servicios patrimoniales.

Cabe mencionar que el catálogo es una de las primeras herramientas hecha posible con el apoyo de la Comisión de Difusión Cultural del Consejo Universitario, para beneficio de la difusión del patrimonio universitario.