Para manejar sus deudas y obligaciones pendientes de pago (lo que se conoce en economía como pasivos), el gobierno federal implementa una estrategia de diversificación que utiliza monedas extranjeras e instrumentos internos para mantener la estabilidad económica, indicó la titular de la Unidad de Crédito Público de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), María del Carmen Bonilla Rodríguez.
“Para poder llegar a una estrategia de financiamiento es muy importante entender cuál es el contexto económico y macroeconómico del país, cuáles son los posibles choques que podemos enfrentar en la parte interna y en la parte externa y, en función de esto, determinar cuál es la mejor composición y cómo se podría dar un plan anual de financiamiento”, dijo al participar en el segundo día de la Cátedra SHCP 2023 de la Facultad de Economía (FE), con el tema “La economía mexicana ante los retos globales del 2023”.
Ante el director de la FE, Eduardo Vega López, y la jefa de la División Sistema Universidad Abierta y Educación a Distancia de la FE, Laura Concepción Casillas Valdivia, quien moderó el encuentro, Bonilla Rodríguez celebró la realización de esta Cátedra que “cobra gran relevancia porque permite ver, de una manera práctica, el día a día de la economía nacional y explicarles cómo estamos tomando las decisiones en el gobierno federal”.
En presencia de académicos y alumnos reunidos en el auditorio Narciso Bassols de esa entidad universitaria, la funcionaria recordó que el presupuesto del país lo aprueba el Congreso todos los años. “Parte de ese dinero debe ser fondeado con los impuestos y otro porcentaje con deuda”.
Explicó que el gobierno ha sido enfático en mantener una variable clave al tener anclada la deuda contra el producto interno bruto. “A partir de esa variable se empieza a construir la planeación financiera”.
En la conferencia híbrida, Bonilla Rodríguez manifestó que en la SHCP implementan modelos econométricos que predicen la trayectoria de la deuda, el saldo y el componente de los intereses que se generan por las tasas de interés. “Ahí es donde empezamos a hablar de cómo México se vincula no solamente con la política monetaria, sino también con el nivel de exposición que tenemos por la integración comercial con otros países y con la economía global”.
Añadió que el gobierno federal, durante muchos años, ha privilegiado el endeudamiento en moneda nacional, y esto es importante porque se reduce la exposición a choques externos, principalmente de tipo de cambio. “En 1994 parte de lo que generó la crisis fue tener una balanza de pagos muy deficitaria y tener muy apalancado el sector bancario a la banca de desarrollo, lo que generó que hubiera una devaluación muy importante. Este tipo de estrategias permite mitigar esos riesgos”.
Bonilla Rodríguez subrayó que durante 2020 se presentó la COVID-19 y se decidió que para garantizar el dinero del presupuesto se recurriera a los mercados externos; no obstante, se ha hecho un esfuerzo en los últimos dos años para regresar a esa trayectoria y hoy tenemos uno de los niveles más bajos de endeudamiento de los últimos 20 años.
Enfatizó que con el endeudamiento en moneda nacional, se reduce la exposición y volatibilidad del portafolio de deuda ante fluctuaciones en las tasas de interés y el tipo de cambio.
Acerca de la distribución de la deuda interna del país, apuntó que 40.7 por ciento está en Bonos M; 29.1 en Udibonos; 14.8 en Bondes F; 11.7 en Cetes; 3.3 en Bondes D; y 0.5 por ciento en Bondes G.
Por su grado de inversión, México tiene acceso a mercados internacionales. “La deuda externa tiene un portafolio externo y está dividida en diferentes tipos de monedas del G7 (como dólar, euro, libra y yen japonés), pues para reducir riesgos recurrimos a la diversificación”, puntualizó.
La distribución de la deuda externa está dividida en: 72.7 por ciento en mercados de capitales, 24.9 en IFO (un indicador anticipado de la evolución económica de Alemania que se publica mensualmente) y 2.4 por ciento en comercio exterior.
La funcionaria hacendaria aseveró que, en las últimas dos décadas, el gobierno federal de México ha desarrollado dos herramientas que ofrecen una variedad de opciones, a fin de estructurar y ejecutar operaciones que mejoren el riesgo de financiamiento del portafolio de deuda externa del país.
La primera son los Ejercicios de Manejo de Pasivos, que consisten en darle oportunidad a inversionistas (tenedores de bonos) de intercambiar sus tenencias por efectivo o por bonos en circulación o nuevos. “Desde 2017, México ha ejecutado por lo menos un ejercicio de manejo de pasivos al año”, abundó.
La segunda, prosiguió, es la Cláusula de Recompra Anticipada, la cual permite al gobierno federal la recompra (total o parcial) de bonos denominados en moneda extranjera. “Se ha convertido en la herramienta de refinanciamiento más rápida de la deuda del mercado exterior de México”.
Bonilla Rodríguez reiteró que en septiembre de 2020 México se constituyó en la primera nación en emitir un bono alineado a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para el cumplimiento de la Agenda 2030 de la Organización de las Naciones Unidas.
En agosto de 2022 se realizó una operación con ejercicio de manejo de pasivos a través de la cual se cumplieron los siguientes cuatro objetivos: intercambiar bonos en circulación con vencimiento entre 2034 y 2061 por el nuevo bono de referencia alineado a los ODS; desendeudamiento del portafolio de deuda en moneda extranjera por 85 millones de dólares; inicio del refinanciamiento del primer año de la próxima administración; y emisión del primer bono ODS en el mercado de dólares.
Bonilla Rodríguez añadió que debemos esperar una resiliencia fiscal a la incertidumbre global derivada de los ciclos de normalización monetaria, esto gracias a la mayor estrategia de refinanciamiento de México.
También se espera seguir implementando esfuerzos estratégicos de refinanciamiento para heredar a la próxima administración un primer año (2025) con el menor importe posible de amortizaciones de bonos externos.