Con el objetivo de visibilizar los procesos de formación artística colectiva que se viven al interior de los más de 329 Semilleros creativos activos en el país, este lunes 14 de noviembre, 582 niñas, niños y jóvenes que estarán en el escenario de “Tengo un sueño” 2022 dieron muestra de algunas de las actividades que desarrollan durante un día de trabajo en el campamento intensivo que se desarrolla actualmente en el Centro Vacacional “Adolfo López Mateos” del Instituto Mexicano del Seguro Social, de Oaxtepec, Morelos.
Los Semilleros creativos son grupos de formación y creación artística gratuita con enfoque comunitario para niñas, niños y jóvenes impulsados por la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través del programa Cultura Comunitaria, con el propósito de fomentar el ejercicio de los derechos culturales de la niñez y la juventud.
A su vez, el Magno evento de Cultura Comunitaria Tengo un sueño 2022 será una muestra nacional del talento artístico que las y los integrantes de los Semilleros creativos trabajan durante todo el año en diversos lenguajes artísticos. Para llegar a esa presentación, que será el próximo 24 de noviembre en el Auditorio Nacional, las y los noveles artistas se reúnen, luego de trabajar en solitario sus participaciones, para ensamblar el gran evento.
Juntas y juntos mostraron las horas de preparación que invierten para realizar actos de danza área, malabares y acrobacias de un acto circense; cómo construyen sus personales o interiorizan su escenas las actrices y actores de los semilleros de Teatro; cómo las bailarinas y bailarines de danza trasladan al lenguaje dancístico una emoción, metáfora o idea abstracta; cómo las y los instrumentistas de los semilleros de música se ensamblan y logran hacer que una orquesta o banda suene; cómo las niñas y niños de los semilleros de títeres se mimetizan con sus marionetas.
Desde este espacio, la secretaria de Cultura del Gobierno de México, Alejandra Frausto Guerrero; la directora general de Vinculación Cultural (DGVC), Esther Hernández Torres; la directora de la banda sinfónica comunitaria K’eri Tinganio de Tingambato, Michoacán, Rocío Román Figueroa; la directora de escena de “Tengo un sueño”, Cecilia Sotres; la directora de arte de “Tengo un sueño”, Gala Sánchez, acompañadas del coordinador ejecutivo del Auditorio Nacional, Eduardo Amerena Lagunes, compartieron en conferencia de prensa detalles de estos procesos y aspectos previos de este magno evento.
“El proceso pedagógico con el cual se trabaja con los Semilleros creativos parte de la escucha, el empoderamiento de esos niños para tomar decisiones, qué quieren tener como disciplina, con los maestros, que siempre hay en las comunidades; pero las niñas y niños tienen la última palabra y eso es importantísimo, ya son ciudadanos de otra generación. Este esfuerzo es por el bien común”.
De igual forma, destacó la importancia de que sea un trabajo hecho en colectivo lo que llegue al escenario más importante de México, como es el Auditorio Nacional: “Pueden venir con nervios, no sentirse seguros, pero la fuerza de la creación colectiva va generando esta magia”.
Y agregó: “Esta fuerza comunitaria hace que esta colectividad creativa sea, en efecto, la compañía artística más grande del mundo porque puede haber grandes movimientos, tal vez solo de música u otra disciplina, pero la interdisciplina que aquí se vive, por el bien común, que es lograr un espectáculo, comunicar lo que ellos están aprendiendo, lograr que todo se ensamble, esa es la gran potencia que tienen los Semilleros creativos y por eso conmueve tanto, porque el trabajo colectivo es ejemplar”.
La encargada de la política cultural del país recordó que el trabajo de Cultura Comunitaria se centra en los lugares que más lo necesitan para desatar la paz: “No olvidemos que los lugares donde se siembran los semilleros son los lugares que más nos duelen como sociedad, lugares donde ha prevalecido la violencia, donde se ha dividido la sociedad por temas de violencia de género o profunda pobreza y marginación. Nuestro camino para los semilleros es encontrar esos lugares y sembrar la esperanza, el crecimiento comunitario, la dignidad, los derechos culturales a través del arte, para esa niñez que no tenía una opción”.
Por su parte, Esther Hernández Torres señaló que este programa es integral porque no solo se enfoca en el reconocimiento de niñas, niños y jóvenes como agentes culturales, también es un modelo de formación ciudadana y cívica, el cual vincula las artes y la cultura con la comunidad.
Agregó que en el campamento, que se lleva a cabo del 12 al 20 de noviembre en Oaxtepec, son 40 puntos de ensayo; los primeros días las prácticas son seccionales o por disciplinas, para que vayan afinando, conociéndose y ensamblándose con las y los compañeros de otros semilleros que vienen de distintos lugares del país.
“Los semilleros trabajan todos los días, todo el año, son actividades de lunes a viernes, cuatro horas diarias, dependiendo de la disciplina en la cual estén trabajando. Para la mayoría de los seleccionados este 2022 es la primera vez que vienen… Pasaron un proceso de selección en el que los propios semilleros eligieron quiénes los iban a representar, es decir, es un trabajo en el que en lugar de competir están impulsando a sus compañeros y a sus compañeras”.
A decir de Rocío Román Figueroa, la experiencia artística y humana que ha vivido como docente y directora de la banda sinfónica comunitaria K’eri Tinganio de Tingambato, Michoacán, está llena de satisfacciones y retos. “En principio porque me causa mucho orgullo ver crecer de manera integral a las niñas y niños de su banda; que hoy día hay una mayor sensibilidad en torno a la equidad de género y que las limitantes de género que me tocaron a mí, las niñas de los semilleros ya no las tienen. Satisfacción porque culturas comunitarias como la purépecha se han ido empoderando a través del trabajo de estas niñas y estos niños”.
Asimismo, señaló que un reto y satisfacción ha sido involucrar a las madres y padres de familia, quienes poco a poco se han vinculado al quehacer de los semilleros de Música.
En tanto, Cecilia Sotres destacó que el trabajo que se realiza en los Semilleros creativos de todo el país está transformando a todas y todos los que participan, así como a sus comunidades y, una muestra de ello se vive aquí. “El poder del arte nos transforma; nos urge arte y aquí en Oaxtepec lo estamos logrando”.
Fue así como se develaron las redes: el vínculo y trabajo colaborativo interdisciplinario; los aeropuertos de saberes: la convergencia entre docentes, niñas, niños y jóvenes, con artistas profesionales en pro de la producción artística y cultural; los viveros creativos: diálogo entre integrantes de los semilleros con creadores locales, y las huellas comunitarias: preparación de actos escénicos y productos artísticos finales, aspectos metodológicos que se aplican en estos 329 grupos de formación y creación artística gratuita con enfoque comunitario, implementados en 242 municipios de las 32 entidades federativas del país.
En suma, en este campamento, más de 60 horas de trabajo intensivo (ocho horas diarias durante seis días de campamento, más un par de días de ensayos generales) forman parte del proceso que antecede a la configuración de la puesta en escena del Magno evento de Cultura Comunitaria “Tengo un sueño” 2022. Cabe señalar que son más de 12 mil niñas, niños y jóvenes que forman parte de los 329 Semilleros creativos, de los cuales 2 mil 100 han intervenido en la preparación de esta edición 2022, sobre escenario, en la creación, diseño y ensamble de la escenografía y en la captura de fotografías e imágenes para las proyecciones multimedia que se realizarán en este montaje.