El filme “más potente en la historia del cine musical” que plasmó a través de ese género la gran desilusión del militarismo entre las guerras mundiales, fue “Cabaret”, considera el director general de Actividades Cinematográficas de la UNAM, Hugo Villa Smythe.
En ocasión de la conmemoración por los 50 años de estreno de la película, que se celebra el 13 de febrero, el experto recuerda:
“Ahí afuera hace viento”, dijo el maestro de ceremonias que encarnó el actor estadounidense Joel Grey, quizá en referencia a aquella Alemania previa al nazismo, por lo que la cinta “es una revisión onírica del espacio entre las guerras mundiales, de aquella República de Weimar (periodo de la historia de Alemania de 1918 a 1933), que por cierto tiene resonancia con algunos sistemas políticos que estamos viviendo en la actualidad”.
La cinta ganadora de ocho premios Oscar en 1972, y conservada en el archivo de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, fue dirigida por el bailarín y coreógrafo de ese país, Bob Fosse.
Además, la obra mostró “ese desencanto por el sistema tradicional de pensamiento en los Estados Unidos” en un contexto (al momento de su estreno), en el que esta nación todavía se encontraba en Guerra con Vietnam.
“El abordar un musical, y hacerlo de una manera tan rompedora, tan descarnada, y enseñarnos una versión tan desilusionada, desesperanzada de este género, creo que esa es una gran aportación de Cabaret”, asevera el también exdirector de Producción en el Instituto Mexicano de Cinematografía.
Sin duda es icónica, subrayó Villa Smythe, porque hereda íconos más allá del teatro. Por supuesto la obra (en su versión teatral) recorrió el mundo, se presentó incluso en México, pero en ese formato constantemente se expone en los grandes foros de Broadway.
El musical crítico
“Cabaret”, largometraje de 123 minutos, protagonizado por Liza Minnelli, Michael York y Joel Grey, es una adaptación libre del musical homónimo de 1966, que a su vez se había basado en la novela de Christopher Isherwood, “Adiós a Berlín”, (Goodbye to Berlin, 1939).
Ambientada en los años 30, cuando el partido nazi domina una ciudad en la cual el amor, el baile y la música se mezclan en la animada vida nocturna del Kit Kat Club, donde la joven Sally Bowles (Liza Minnelli) y un lúdico maestro de ceremonias (Joel Grey) hacen olvidar las tristezas de la vida.
Además, dice Villa Smythe, el filme sirvió como vehículo formidable para la consolidación de Liza Minnelli en el cine musical, quien lo heredó de sus padres.
“Se encumbra en esa grandísima posición que le da el personaje en esta como especie de ingenua, que interpreta en la Alemania previa al encumbramiento del nazismo”, abundó.
Hugo Villa, quien ha sido gerente de producción en algunos proyectos fílmicos, destaca el trabajo del director Bob Fosse quien supo imprimir “el sentido de pertenencia que tiene en el espacio propio del cabaret”.
No podemos olvidar, enfatiza, que fue un bailarín, que debutó a los 13 años haciendo vodevil en los entreactos de teatro de burlesque, de cabarets, construidos específicamente para escenas como algunos de los números musicales que montó.
“Hay algunos ángulos, algunas posiciones de cámara desde las cuales mira. Decide que presentará los números musicales en los que se nota esa presencia, no solo de conocer cómo funciona escénicamente el acto, el número de cabaret que está haciendo, sino las famosas coreografías con la silla, por ejemplo”, abunda Hugo Villa.