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NECESARIA, REFORMA FISCAL DE GRAN CALADO.

porRedacción

Oct 29, 2021

Es importante reestablecer el crecimiento económico, más incluyente, sostenible y que contribuya a consolidar nuestras instituciones democráticas; tenemos que ir hacia un Estado fuerte y social que tenga como divisa central de su acción la protección social universal de los mexicanos en el trabajo, la educación, la salud, la habitación y la vida familiar. Si se logra, se cumplirá la meta de reencauzar de manera venturosa el desarrollo de México en este siglo que se avizora desafiante, señalaron expertos de la UNAM.

En la mesa redonda “Renovar políticas para un nuevo curso de desarrollo”, organizada por la Facultad de Derecho (FD), el secretario General de la Universidad Nacional, Leonardo Lomelí Vanegas, recalcó que ese curso debe ser sostenible en lo social y en lo ambiental.

El también integrante del Grupo Nuevo Curso de Desarrollo de esta casa de estudios –formado en 2009– refirió que la principal preocupación de esa agrupación es elaborar diagnósticos y plantear propuestas para reencauzar el progreso.

Destacó la necesidad de políticas macroeconómicas contracíclicas que estimulen a la economía en los periodos de desaceleración; así como fiscales y monetarias expansivas que permitan seguir creciendo cuando comienza a disminuir el ritmo. Y para ello se necesita una reforma fiscal de gran calado.

En la obra más reciente del Grupo, “Renovar políticas para un nuevo curso de desarrollo en México” (agosto de 2021), se deja en claro que hace falta más inversión en infraestructura y más gasto social. “Nos urge tener un sistema de salud público robusto, que se pueda financiar con recursos del Estado, con cobertura universal y con un conjunto integral de prestaciones. Eso cuesta dinero y por eso ponemos énfasis en la necesidad de una reforma fiscal”.

En su oportunidad, el director de la FD, Raúl Contreras Bustamante, señaló que la construcción de un auténtico Estado de Derecho es pieza clave para nuestra sociedad democrática, ya que sin políticas públicas que permitan brindar certeza y seguridad jurídica a las relaciones sociales, no se podrán construir los elementos que impulsen el desarrollo nacional y que logren atraer mayor inversión privada. 

Puntualizó que las políticas públicas requieren la dotación de recursos económicos suficientes, voluntad política y altura de miras, porque no basta con diseñarlas de manera adecuada, con base en un diagnóstico real de los problemas, si pueden ser ineficientes debido a la falta de un presupuesto adecuado

El profesor emérito de la Facultad de Economía y coordinador del Grupo, Rolando Cordera Campos, refirió que la combinación de lento crecimiento y tendencias recesivas o depresivas, arrojan un panorama preocupante, de aguda desigualdad y pobreza de masas. Tal era el panorama cuando vino el gran vuelco político de 2018.

El nuevo gobierno se inauguró con una política cautelosa, conservadora, de contención económica, fiscal, y sin crecimiento. Así recibimos un nuevo impacto, más grande, nocivo y peligroso para la existencia humana: la pandemia. Los gobiernos del mundo decidieron frenar la economía y “entramos en una caída formidable de ocho por ciento en 2020”.

Hoy, señaló el economista, tenemos una recuperación titubeante. “En el texto reconocemos que eso está ocurriendo, pero que al mismo tiempo debe verse como una recuperación que necesita pilares adicionales, acción pública y mucha política racional para un nuevo curso de evolución política en el siglo XXI”.

Convocamos a abordar acciones inmediatas de rescate de los miles o millones de damnificados por la pandemia, la caída económica, la salud, el empleo, la desocupación, incluso, el deterioro o pérdida de fuerzas productivas.

En el documento, disponible en la página electrónica del Grupo (http://www.nuevocursodedesarrollo.unam.mx/), sostenemos la necesidad, a partir de un gran programa nacional de inversiones, de recuperar, rehabilitar y reivindicar nuestra tradición como economía mixta, para asegurar los equilibrios macroeconómicos fundamentales y la promoción de la renovación industrial, del aprovechamiento de nuestras ganancias como gran economía abierta vinculada a la de Estados Unidos, que permita pensar cómo encauzar el crecimiento que supere el cuatro por ciento lo más pronto posible, si queremos dar empleo a los mexicanos que lo requieren.

El profesor emérito de la FD, Sergio García Ramírez, al moderar la sesión a distancia, recalcó que la Universidad de la nación, plural, abierta a todas las corrientes de pensamiento, se esfuerza constantemente por el progreso de México, en libertad y justicia para bien del país al propiciar las grandes causas del pueblo y servir a la comunidad mexicana. Ese es el signo distintivo de esta casa de estudios; “lo fue ayer y lo sigue siendo ahora de manera clara y luminosa”.

Hoy, agregó, se nos hace una convocatoria para impulsar un nuevo curso de progreso que permita enfrentar problemas mayores y aportar soluciones racionales y practicables en favor de la sociedad de México. Padecemos carencias enormes, desigualdad antigua que se profundiza merced a la pandemia, y esto requiere de gran entendimiento de los problemas y posibles soluciones, el cual puede cifrarse en un nuevo pacto social, en un compromiso con el futuro.

Al hacer uso de la palabra, la también emérita de la FD, Elvia Arcelia Quintana Adriano, enfatizó que la República tiene el fiel de la balanza en los tres poderes en que se equilibra la administración. El Ejecutivo, “administrador de la gran empresa de este México”, a la vez tiene tres grandes campos de actividad: la administración central, la descentralizada y la desconcentrada; debe ser el rector de las políticas económicas y financieras.

Sin embargo, la economía y la actividad comercial no fluyen si no hay buenos canales por los cuales se desplacen; en vez de facilitar su movimiento, lo entorpecen. De esa manera, podemos tener la mejor política económica, pero no va a avanzar, acotó.

El también integrante del Grupo y exembajador de México en Canadá, José Andrés de Oteyza y Fernández, opinó que en lugar de subirnos a la ola expansionista internacional, nos hemos aferrado a los conceptos más conservadores y tradicionales de la estabilidad financiera macroeconómica y del equilibrio fiscal.

El economista aseveró que se pierde un “tiempo precioso” para impulsar un programa de rescate, recuperación y reorientación económica y social con alcance de mediano y largo plazos.