Los programas sociales son una temática trascendental en el gobierno municipal que seguirá muy de cerca la búsqueda de la eliminación de episodios que lastiman a la sociedad, como es el caso de que 1.8 por ciento de la población de la capital potosina, en este momento está en pobreza alimentaria.
“Es un serio problema que lastima alma y corazón porque en pleno siglo XXI aún existen situaciones como esa, cuando desigualdades de ese tamaño debieron desterrarse hace mucho tiempo”, expresó el alcalde Enrique Galindo Ceballos.
Dijo que debe precisarse que hay tres tipos de pobreza que son: pobreza alimentaria, pobreza extrema y sencillamente pobreza; y añadió que su gobierno se ocupará de abatir esas lacerantes condiciones con prácticas metodológicas que den resultados, y no como ocurría anteriormente cuando lo que se hacía llevaba el sello de los intereses y los propósitos “clientelares”.
El presidente Enrique Galindo dijo que lo que hará ahora será diseñar esquemas que cumplan con el propósito de rescatar a esa gente para que mejore sus condiciones de vida, mismos que se darán a conocer a la ciudadanía una vez que queden instrumentados.
Acerca del reciente regreso al color verde del semáforo epidemiológico en la entidad, el mandatario mencionó que la ciudad tiene que reprogramarse para trabajar en condiciones diferentes a las de meses pasados. “Es una buena oportunidad que debe aprovecharse para retomar el camino del trabajo y darle un empujón a la economía. Claro, sin relajar los protocolos de cuidado contra el Covid”, insistió en esto último.
Sobre la intervención del gobierno en el tema del comercio, señaló el alcalde capitalino que es la propia directora de la dependencia municipal, Beatriz Benavente la que hace rondines de vigilancia con sus inspectores para verificar que se sigan las reglas.
Por ejemplo, dijo el alcalde, “hay restaurantes que cuando pasan las horas se convierten en antros. Resultado, se violan disposiciones protocolarias de aforos, suben los decibeles de los equipos de sonido, venden bebidas a menores, y cuando cierran queda frente a sus fachadas todo tipo de despojos como vasos, platos rotos, basura y demás”.
Por lo que comentó que se entra en diálogo con los gerentes, quienes lo entienden y se remedia la situación.