Existen problemas históricos que no se han resuelto en la sociedad contemporánea, los enfrentamos desde hace 200 años y pueden ser analizados a partir una óptica contemporánea y viceversa, en un dialogo permanente entre pasado y presente, aseguró Rodrigo Moreno Gutiérrez, del Instituto de Investigaciones Históricas (IIH) de la UNAM.
El especialista en Historia Moderna y Contemporánea dijo que la militarización, la movilización armada, la construcción de un gobierno representativo, el uso y los impactos de la violencia, la articulación de liderazgos y la construcción de legitimidades, son problemas estructurales desde 1821 “que mucho nos tienen que decir hoy”.
Es tiempo que desde la academia “ayudemos a diversificar estas interpretaciones históricas en una sociedad necesariamente plural como la nuestra”, consideró.
1821-2021
Sobre los grandes episodios históricos ocurridos de 1821 a la fecha, el ganador del Premio Universidad Nacional para Jóvenes Académicos en el área de Docencia en Humanidades 2019, comentó que la respuesta económica sería: “a la Independencia vino después un proceso de invasión; una serie de reformas estatales; una expulsión de un régimen extranjero; un momento de estabilización; luego una revolución popular; y una estabilización del régimen, esa sería la interpretación que tiene como protagonista al mismo Estado”.
“Cada quien va construyendo una paráfrasis de la historia de acuerdo a lo que cree que es más relevante y eso es discutible en cada momento. ¿Qué es más importante y por qué?”, estableció.
Consumación de la Independencia:
hacia el Estado nacional
Aludimos por Consumación (27 de septiembre de 1821, el Ejército Trigarante entra a la Ciudad de México), a ese momento peculiar en el que identificamos la finalización de la guerra y encontramos el establecimiento formal del Estado nacional independiente, mencionó.
“Después de ello, lo que encontramos en términos nacionales es precisamente la construcción de dicho Estado, a partir de 1821, y este proceso es lentísimo, no es lineal, tiene tensiones, va y viene, y lo podemos identificar a lo largo del Siglo XIX”, señaló.
Todo esto, agregó, tiene que ver con la articulación territorial, también con un proceso de creación de la identidad nacional, con la construcción de un sistema educativo que propicia esa necesidad identitaria, y después distintas configuraciones políticas que a veces llegaron a conflictos armados.
“Aquello que asumimos como historia patria es naturalmente nuestra historia y no es que no sea válida, sino que se trata solo de una de las interpretaciones que tendría que descansar en distintos momentos y etapas, esta versión quizá no es más importante que las hechas por otras regiones, familias, o grupos”, aclaró.
La visión del actual gobierno
En opinión del investigador del IIH, todos los regímenes y actores políticos tienen una determinada interpretación de la historia, y el actual (2018-2024), es un gobierno que busca decididamente hacer uso político de la historia; “y eso no tiene ni connotación positiva, ni negativa, todos lo hacen, pero con distintas finalidades”.
“Si asumiéramos sin conceder que la historia de México es la historia del Estado, se entiende que la primera transformación es la Independencia; segunda transformación es la Reforma; la tercera transformación es la Revolución; y la cuarta transformación es este proceso de gobierno vigente”.
Obviamente, aclaró, eso está sujeto a discusión como todas las interpretaciones históricas. “En este régimen llaman primera transformación a la Independencia, pero no lo es; en realidad es la creación del Estado nacional, y en ese momento no se estaba transformando nada, sino se estaba formando”, finalizó.