La entrada en vigor de los Programas de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano y de Centro de Población, además de impulsar servicios públicos eficientes y la protección a la ecología, dará cauce también al mejoramiento económico, porque a la fecha los desarrolladores no han podido trabajar debidamente por la falta de actualización de esos ordenamientos desde hace 18 años.
“Será entonces que empiece a fluir el trabajo del que saldrán beneficiados todos los actores involucrados en el tema, porque además se abrirán espacios para eliminar trabas y dar paso a un desarrollo tanto urbano como económico con una normatividad acorde a las necesidades de la ciudad”, afirmó el regidor presidente de la Comisión de Desarrollo y Equipamiento Urbano y Catastro, David Humberto Hernández Blanco.
Y afirmó que un tema especial es el de la Sierra de San Miguelito, interés que llamó la atención de las autoridades federales por conducto de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales – SEMARNAT -, no obstante, “el interés de salvaguardar la Sierra es también nuestro, es un hecho que hay candados para no dañar el ecosistema ecológico, eso se respetará; y a las observaciones se acatarán para dar cumplimiento a las posiciones de gente ampliamente documentada en estos rubros”.
El Regidor David Hernández consideró que con los nuevos Programas de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano y de Centro de Población, “se acabarán las arbitrariedades y la forma de operar de algunos que se valían de cualquier argumento, sobre todo económico, para encubrir lo que se hacía al margen de toda norma regulatoria”.
Sobre a dónde apunta el crecimiento urbano de la Capital, señaló a las delegaciones Villa de Pozos y a La Pila, “pero ya con bases claras para darle solidez a ese crecimiento. Para ahí se proyecta la construcción de vías alternas, centros educativos, corredores comerciales y otros elementos urbanísticos que darán a San Luis la fisonomía de una ciudad planeada, ordenada y moderna”.
Por último, recordó que después de la aprobación de los Programas Municipales falta un paso ineludible, que es el consentimiento que debe dar el Gobierno Estatal con un dictamen de congruencia, que significa la aprobación de lo que se ha hecho, “y si se hicieran observaciones se regresa al Cabildo para hacer lo conducente; pero si se aprueba, lo que sigue es dar cauce a la Ley General de Asentamientos Humanos y a la Ley General de Desarrollo”.