Regularmente las fechas decembrinas y de principios de año son de celebraciones en las que predomina el buen ánimo de la gente con celebraciones positivas, pero esta vez por esas fechas, también ocurrieron muchos casos de violencia intrafamiliar, que según registros del DIF Municipal, ascendieron a 104”.
Lo informó la directora de esta dependencia, Adriana Urbina Aguilar, quien añadió que tan sólo en esa breve temporada, se registraron cuatro casos de sustracción de menores.
Comentó que el 64 por ciento del total de las mujeres agredidas orientadas en “Puerta Violeta”, optó por no presentar denuncia de los hechos violentos ante la Fiscalía General del Estado, “pero sí buscaron asesoría para algún trámite familiar, como obtención de pensión, custodia de menores y divorcios”.
De la gráfica estadística se desprende que las edades de las personas violentadas fluctúan entre los 12 a los 68 años. El lapso de mayor incidencia fue de 12 a 30 años con 53 casos; siguió el de 31 a 59 años con 47, y finalmente el de 62 a 68 años con cuatro casos. Por otra parte, en el rango de edad de 20 a 38 años, el promedio es de dos hijos.
“Las colonias con más recurrencia fueron las del sur de la ciudad como Satélite, Simón Díaz, Bellas Lomas y Prados, donde las personas violentadas recurrieron a ‘Puerta Violeta’ para recibir asistencia médica, jurídico-legal y psicológica a quienes lo solicitan”, afirmó la funcionaria capitalina.
En el desglose del tipo de violencia usada por los victimarios, el de mayor preponderancia fue la psicológica, siguió la física, la económica y finalmente en orden descendente las de tipo patrimonial, sexual y feminicida.
“Las 104 personas violentadas aseguraron tener en mayor o menor grado algún nivel de educación escolar; 35 terminaron secundaria, 36 preparatoria, 26 alguna licenciatura, dos cursaron alguna maestría, y nueve la primaria”, precisó Adriana Urbina.
El parentesco o nivel de cercanía de los agresores fue de esposos, parejas, ex parejas, un desconocido y un compañero de trabajo.
Finalmente, se dio a conocer que las sustancias que consumen los agresores son en mayor grado alcohol, seguida por marihuana, cristal y otros estupefacientes.